La energía geotérmica es aquella que se obtiene del calor natural interno de la Tierra y que puede ser extraída y utilizada a partir del agua, gases y vapores calientes, (excluidos los hidrocarburos), o a través de fluidos inyectados artificialmente para este fin.
La fuente de calor que produce esta energía, se encuentra naturalmente al interior de la Tierra. De manera muy simplificada, se puede decir que su estructura se compone de tres partes: núcleo, manto y corteza:
a) núcleo, con un diámetro de aproximadamente de 3.400 km, formado fundamentalmente por hierro fundido; su temperatura superaría los 4.000° C,
b) manto, correspondiente a la zona intermedia, de aproximadamente 2.900 km de espesor, formado principalmente por hierro y magnesio, con una temperatura que varía entre los 800 y 1.000° C, en su parte exterior, y 4.000° C. en la zona de contacto con el núcleo, y
c) la corteza, tiene como espesor que varía entre 5 Km., bajo los océanos, y de 30 a 65 Km. en la parte continental. Está constituida, fundamentalmente por silicatos de aluminio (SiAl), en las zonas continentes, y por silicatos de magnesio (SiMa), bajo los océanos. Su temperatura varía de 15 a 20° C., en la superficie, hasta los 600° a 800° C., en torno al contacto con el manto.
El calor proveniente del interior de la tierra se propaga hacia la corteza terrestre, donde existen amplias zonas tectónicamente estables con determinadas gradientes geotérmicos, entendida como el sostenido aumento de la temperatura con la profundidad, con un promedio de 1° C por cada 33 metros de profundidad. En torno a las zonas volcánicas, debido a fenómenos geológicos relacionados con la tectónica de placas, el flujo calórico alcanza valores muy superiores, esto es, gradientes geotérmicas superan los 20 a 30° C por cada 100 m de profundidad.
En determinadas zonas, el calor acumulado en el interior de la tierra, puede alcanzar terrenos permeables de la corteza terrestre albergando gran contenido hídrico; ello crea ambientes muy favorables para producir transferencias calóricas hacia la masa de agua, dando origen a reservorios naturales o yacimientos geotérmicos de vapor o agua caliente. Recurriendo a determinadas modalidades de diseño, construcción y operación, es posible materializar eficientes aprovechamientos comerciales de este tipo de energía calórica.